lunes, octubre 13, 2003

12
Luego de haberme tomado 2 días de descanso por Tepoztlán y Amatlán, dos bellas regiones del estado de Morelos, a donde fui a acampar y nadar a las pozas más lindas que he visto en esta zona. He vuelto con más brillo y ganas de escribir, les juro que viviendo cosas naturales y terrenales, me convierto en un romántico más, aunque la verdad, lo de romántico ya lo traigo por naturaleza. Pero para no abundar en detalles personales, seguiré contándoles sobre las cosas que pienso y sobre todo lo que está pasando tanto en mi cabeza como en el exterior que percibo. No siento mucho porque los haya abandonado 2 días sin textos adheridos al diario, pero les juro que necesitaba un descanso y más porque he estado bastante ocupado entre trabajo y reventón. Lo que ahora me mantiene un poco más contento y más feliz, es que de plano, he tratado de visualizar nuevas opciones y mejores panoramas con las cosas que nos acontecen. En primera, no quiero soler ser un típico utópico que maneja el verbo más contundente y que anhela un mundo perfecto para idiotas, al contrario, lo que quisiera es un mundo para inteligentes, para justos y sobre todo un mundo capaz de respetarse. No estoy dispuesto sobre todo, a seguir apoyando nunca a todo tipo de demagogia en nuestro país, mucho menos en mi entorno, seré de los primeros en exigir verdad ante cualquier político mexicano, pero hay en ese aspecto, una gran diferencia entre el voto del ciudadano y el poder de los poderosos. Casos que son extremadamente ajenos y sobre todo como los polos norte y sur. Hoy justo estaba pensando en eso, en qué tan difícil es y será que los poderosos cedan. Imagino el día en que los gobernantes del mundo, dejen en paz el deterioro a donde nos han llevado y que cedan, por una vez, ante las demandas de sus pueblos, que han sido saqueados, engañados, robados, asesinados, involucrados y sobre todo corrompidos por el poder. El poder que ha hecho que personas como Carlos Salinas de Gortari, sigan creando terror e impaciencia entre tanto ciudadano, que sabe que su intervención en la política mexicana, no fue sólo para recaudar fondos para su propia cartera y hacerse millonario. Pero lo que más coraje me da, es que cualquier presidente mexicano, reciba mensualmente poco más o menos de 3 millones de pesos. ¿Qué significa eso? ¡No puedo creerlo! Menos, cuando se sabe toda la maña que tenían para robar y arrendarse negocios por “el bien de la nación”. Ahora resulta, que debemos seguirles pagando su módica pensión hasta la muerte, cuando más bien, deberían ponerse a trabajar y dejar de lucrar, ante tanto saqueo y vueltereta que le hacen a la Constitución, evitando así ser enjuiciados por todos sus antecedentes. Yo por eso, no le creo a nadie, ni al PRD, ni al PRI, ni al PAN, todos son iguales, incluso, dentro de cada uno de esos partidos, hay bloques donde se dividen sus labores, hay unos que son extremos y otros reservados, pero la misma postura manejan ante cualquier crisis: evitar que el pueblo se entere de la verdad. Los ejemplos de todo el “apeste” del gobierno, son enormes. Al menos aquí les van unos ejemplos de lo que ha pasado y sobre todo, hemos dejado que sigan realizando eventos y actos como este (desde policías, jueces, políticos hasta militares): casos extremos como el de Lucio Cabañas, Movimiento Estudiantil de 1968, represión en los años 70 y 80 a estudiantes y jóvenes socialistas, represión ante manifestaciones contra el poderío yanqui tanto en la capital como el resto del país, manifestaciones en contra de las malas administraciones, donde siempre pagan a la prensa o a algunos “provocadores” para que los campesinos, obreros o estudiantes queden como delincuentes, como casos perdidos, cuando la demanda es contra los más corruptos. Y así, la lista queda enorme, hay desde ejecuciones a comunicadores y periodistas que han sido privados de su vida, por parte de narcotraficantes y de las mismas dependencias que supuestamente son las que ven por “nuestro bienestar”, pero en realidad sólo ven por su bienestar. Lo peor del asunto, es que ni la prensa ni la televisión, incluso ningún medio de comunicación actual, ha podido desmentir tantas mentiras que se han emitido e impreso a favor de la ilegalidad, de la corrupción y que los ejemplos de ataques a la corrupción, son más “chivos expiatorios” que casos reales. Ahí está, otro ejemplo bien claro, el de Mario Aburto y Luis Donaldo Colosio. Así, los dejo para qué piensen todas las barbaridades que hemos dejado permitir a todos nuestros políticos, gobernantes y militares. Pero que quede bien claro, tampoco estoy del lado o favor del bando de los radicales (aquellos que roban, golpean a la gente y hacen la misma barbarie que los del otro lado, sin ninguna justificación y con mera cobardía), también declaro mi negativa ante ellos, aquellos jóvenes o adultos que prefieren romper la palabra, golpeando, volviéndose canallas y delincuentes. Hay que luchar de diferentes maneras, aunque parezca que no funcionan los métodos de Gandhi, hay que seguir teniendo fe en la paz, en la forma de hablar, en la forma de entablar acuerdos y sobre todo en ver posibilidades netas de cambio, no de tanto “blof”. Aunque ya está bien usada la frase, no me importa: “¡Sí se puede!”.
Galex.