viernes, octubre 24, 2003

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Al día de hoy 24 de octubre del 2003, millones de mexicanos no están pensando ni en la "reforma estructural" que pretende vendernos Fox y sus secuaces del pasado, a fin de darle a los yanquis más por menos, ni si quiera están pensando en los resultados de fútbol, como clase social media baja, los que piensan de ahí para abajo, es en poder resolver la situación económica que prevalece. Y ahora, mientras pocos leen el periódico y se enteran de la realidad del país (además de que las noticias que abundan desví­an los temas relevantes), de las mentirotas de nuestro presidente y toda la bola de culeros que lo apoyan, la gente sigue disfrutando del Big Brother VIP 2 (una falacia morbosa de actores de tercera) o incluso, ni siquiera ya tienen dinero para prender la televisión, hay mucha pobreza de por medio. Y los asuntos que ahora nuestro presidente aborda, no son ni siquiera ver por el bienestar de sus mexicanas y mexicanos (a los cuales demuestra tener respeto pero de patrón, Fox muy cabrón como si fuera dueño del paí­s, su actitud es de un vil cerdo capataz). A su vez, los temas polí­ticos y sociales se están poniendo duros, cada vez la gente sale a la calle a manifestarse en contra de los restos de esos 70 u 80 años de represión y anomalías del PRI, ahora que también, el PAN sigue dando las mismas respuestas a su pueblo y sobre todo, defraudando a los votantes que creyeron en ese "cambio" el cual sólo fue un cambio de partido, pero las mismas actitudes y estrategias de vendimia del paí­s siguen estando en el poder. Ahora bien, ¿qué es lo que podemos hacer? En primera, la gente no debe creerse la mentirota que está difundiendo Roberto Madrazo y cualquier otro polí­tico en la televisión o el radio, de que el paí­s necesita el apoyo internacional, eso es una falacia, en realidad, ahí­ lo que hacen es que este chango asesino se acreedite más, siendo discí­pulo lamehuevos del degenerado Salinas. Espero que nuestra sociedad, no sólo aproveche su voz y voto, sino que se entere de las malas acciones de nuestros gobernantes. ¡Ya basta! Ahora sí, duro contra los culeros y espero que no tenga que correr sangre, mucho menos que los yanquis se pongan a armar desmadre en nuestro suelo (lo que les encanta es desestabilizar a nuestro paí­s, a cuesta de que ganen ellos). Males ya tuvimos con Chiapas, con Tlatelolco y muchas otras acciones bélicas y de espionaje promovidas por los yanquis, ahora, el pueblo mexicano debe tomarse de la manos, agarrarse muy fuerte y darle batalla a los alacranes del mal. He aquí más atole para que lean sobre lo que acontece con Pemex, Fox y Bush, en hora buena a los analistas y periodistas mexicanos o extranjeros, comprometidos y preocupados por México y el mundo, que intentan resolver el caótico sistema político nacional y global, además de destapar tanta cañerí­a y apeste que abunda en él, sobre todo estar en contra de los verdaderos ejes del mal, desde Washington controlando todo sobre el mundo. No sólo oremos, trabajemos por que no sigan pasando estas injusticias y malos actos. Ni Fox, ni nadie se salva de tanta mierda. ¡Hasta la victoria, siempre!
Galex.

El Espot
por Luis Javier Garrido
Tomado del Periódico La Jornada (México D.F. viernes 24 de octubre del 2003)

La pretensión de Vicente Fox de modificar fast track la Constitución con la ayuda del grupo de Carlos Salinas de Gortari a fin de entregar el sector energético del país al control multinacional, se ha encontrado con una amplia oposición de la sociedad como de un sector de las cúpulas del PRI y del PRD, y la intensa campaña de presiones lo único que está logrando es evidenciar, una vez más, que Fox carece de un proyecto nacional.
1. El modelo neoliberal está siendo criticado y desechado por importantes voces provenientes ya no sólo de la izquierda latinoamericana sino de los organismos financieros internacionales, de corrientes empresariales en Estados Unidos y en Europa y de prominentes hombres de empresa por el saldo desastroso que ha entrañado en los últimos 30 años y por el riesgo cada vez más cercano que ven de insurrecciones violentas, pero en México el gobierno, con profunda miopía histórica y aferrándose a las directrices monetarias insiste en sacar avante sus intereses a costa de las mayorías.
2. El neoliberalismo lo único que ha logrado es una mayor concentración de la riqueza en unos cuantos grupos, la explotación desenfrenada de los recursos no renovables, el desmantelamiento de las instituciones sociales y el consecuente empobrecimiento de las ma-yorías, condenadas a vivir al margen de todos los beneficios sociales, y no tiene defensa posible.
3. La situación crítica por la que atraviesa el gobierno foxista como consecuencia de su dogmatismo neoliberal y de su incompetencia, ha logrado ante todo poner de evidencia lo que era la idea del "cambio", propuesta central de Fox en 2000. El "cambio" no suponía, como se hizo creer, el llegar a la administración pública para desde ahí impulsar una nueva forma de gobernar en la que el pueblo tuviese una injerencia mayor en la toma de decisiones, sino algo opuesto, y eso es lo que explica que Fox no haya tenido en tres años una sola iniciativa para democratizar a México. La llamada "transición democrática", que nunca existió, no ha sido más que un proyecto para profundizar los programas neoliberales y culminar el desmantelamiento del Estado surgido de la Revolución Mexicana: anular los derechos sociales, cancelar los derechos originarios de la nación, terminar con toda forma de intervención del Estado en la economía: entregar, en suma, el control estratégico del país al capital trasnacional.
4. La "transición está inconclusa" según Fox, que reitera de continuo esta idea, no porque para él se viva en un régimen antidemocrático donde no existe el estado de derecho y que se asemeja tanto al anterior por sus prácticas y políticas que parece ser el mismo, sino porque no se ha terminado el proceso de desmantelamiento del Estado, tal y como se lo exigen desde Washington, privatizando Pemex y la CFE, el IMSS y el ISSSTE, así como la UNAM y toda la educación superior.
5. El gobierno foxista no está en consecuencia resolviendo, sino agravando los problemas, y comprometiendo además el futuro del país, como acontece en la política exterior, en donde hay una subordinación total a Washington, como se ve en el caso de Irak, pues tras el voto del 15 de octubre que legitima la invasión, Fox se comprometió, sin el aval del Senado, a enviar asesoría técnica, financiera y hasta electoral a las fuerzas de ocupación.
6. La pretensión oficial de hacer de lo que llaman "la reforma estructural" el eje articulador de las políticas del sexenio, muestra en este contexto las limitaciones de Fox. No extraña por ello que a estas alturas del sexenio el país se halle a la deriva y en manos del gran capital, y que los salvadores de esa "modernidad" sean los dos operadores de Salinas: Madrazo y Elba Esther, cuya misión es permitirle a Fox cumplir con Washington.
7. La decisión del presidente priísta Roberto Madrazo de lanzar una campaña de espots en la radio para justificar la privatización de la industria eléctrica es por lo mismo un grave error histórico que le quita toda autoridad ya que: a) está tratando a los legisladores de su partido como sus subordinados, siendo que el CEN no es dueño del voto de éstos, que representan a la ciudadanía y no a su partido; y no sólo eso, sino algo mucho más grave, pues b) está exigiendo de hecho a los priístas que traicionen la ideología partidista y voten en sentido opuesto a lo establecido en los documentos básicos y en la plataforma electoral de 2003 y, en consecuencia, a lo que es su compromiso con la ciudadanía; y, en fin, c) está haciendo evidente los acuerdos de Salinas con Fox y los motivos de la impunidad de los priístas.
8. Las exigencias de Madrazo a sus correligionarios no parece empero que lograrán los dos tercios requeridos para el cambio constitucional, como se vio por la respuesta de los senadores priístas (21 de octubre), y sí por el contrario están terminando con las aspiraciones de Madrazo y de Elba Esther para 2006, pues ya los senadores tricolores hicieron su precandidato presidencial a Enrique Jackson.
9. El fracaso del "cambio estructural" no será por consiguiente tan sólo de Vicente Fox, que tres años antes de entregar el cargo aparece como un gobernante liquidado; lo será también de Salinas, quien ante la debilidad de Fox pretende erigirse en un poder determinante para el futuro inmediato.
10. La contrarreforma eléctrica, vista por Fox como el último gran escollo para acelerar el desmantelamiento del Estado posrevolucionario, puede no ser ya ese momento estelar del sexenio que anhelaba. Y sí, por el contrario, el punto de inflexión del proyecto neoliberal y el momento en que se pueda empezar a plantear una verdadera reforma democrática del país.

¿Dónde estamos?
por Jorge Camil
Tomado del Periódico La Jornada (México D.F. Viernes 24 de octubre del 2003)

En julio de 2000 derrotamos al PRI y nos fuimos a casa con la conciencia tranquila y el orgullo de haber realizado una proeza: finalmente habíamos derrotado a la bestia mitológica que gobernó, como personaje de fábula infantil, por "espacio de cien años".
Teníamos la certeza de que el país se dirigía hacia puerto seguro: la modernidad prometida por el sexenio salinista, la superación del subdesarrollo y la reforma política, entonces confirmada por las primeras elecciones libres de nuestra historia republicana. Nos dimos palmadas en la espalda y, en un día con más llamadas telefónicas que el Día de la Madre, nos comunicamos incrédulos con amigos y familiares para confirmar las noticias que salían de la tele y brindamos eufóricos por el futuro de México. (El presidente electo bebió champaña a pico de botella en el Angel de la Independencia, rodeado de personajes que tuvieron poco que ver con su triunfo electoral, pero deseaban salir en la foto del siglo: la nomenklatura panista, Porfirio Muñoz Ledo, amigos y familiares del candidato.) La solución al problema de Chiapas estaba a 15 minutos de distancia y pronto vendría la cascada de reformas estructurales que permitirían consolidar nuestra transición democrática y regresar al desarrollo económico sostenido: la reforma energética, la financiera (para impulsar los changarros) y la fiscal (la política la dimos por buena en medio de la euforia electoral). Habría créditos internacionales, inversión extranjera y el acuerdo migratorio con el amigo Bush (no olvidemos el crecimiento prometido de 7 por ciento anual).
Todo pareció una realidad cuando el nuevo presidente de Estados Unidos manifestó que México, y la arrumbada Latinoamérica, serían prioridad de su gobierno (¿y cómo no creerle si hablaba un poco de español y jamás se había preocupado por conocer Europa?). Sin embargo, para saber dónde estamos es necesario recordar de dónde venimos.
El triunfo electoral se hizo posible por una serie de factores que ponen la situación en perspectiva. Uno de los actores principales fue Ernesto Zedillo, porque al romper con todos los moldes del sistema desmitificó la Presidencia: encarceló al hermano del antecesor, a quien obligó a tomar la ruta del exilio, y gobernó al margen del partido oficial sin aparato presidencial. Su desinterés por la política y el hartazgo popular por los excesos salinistas abrieron un vacío, brillantemente olfateado y ocupado por empresarios y genios de la mercadotecnia que, conscientes de la oportunidad histórica, imaginaron, construyeron, envasaron y vendieron exitosamente el producto Fox. (El PRI, enemigo a vencer, había dejado de ser un verdadero partido político 25 años antes, cuando permitió que presidentes sin experiencia electoral, ungidos por el mandatario anterior, descendieran en Los Pinos en el helicóptero presidencial, en vez de ascender al poder por el escarpado camino de la lucha electoral.) Tampoco olvidemos que en julio de 2000 sufríamos aún el temor provocado por los asesinatos políticos: el cardenal, el presidente virtual, el secretario general. ¡Imposible resistir la tentación de subir al carro de los Amigos de Fox!
Hoy, cuando todo eso ha quedado en el cajón de los recuerdos convertido en curiosidad histórica, algunos se congratulan porque en medio de la parálisis no estemos sumidos en una crisis económica como la de 1994 con el peso en caída libre; aunque el desempleo siga en aumento y la inflación comience a trepar, como esas enfermedades malignas que se ocultan sigilosamente en el organismo esperando el momento para poner al paciente in articulo mortis. Nadie sabe adónde vamos, porque nadie parece tener control de la situación. Pero, eso sí, haciendo honor a nuestro extraño proceso democrático, ¡el IFE siempre vigila! (A pesar de todo, continúa pitando mecánicamente los fuera de lugar y sacando tarjetas rojas y amarillas en un partido de futbol donde los fanáticos abandonaron hace tiempo el estadio.) Nos dirigimos, eso sí, en la saga de nuestra transición interminable, a otra elección histórica: se confirma la transición o regresamos a la prehistoria, a la era jurásica, cuando los dinosaurios gobernaban la tierra y rendían pleitesía al Tiranosaurio Rex.
En la próxima (lo bueno es que siempre hay una "próxima") los mexicanos, con tradicional apatía hacia los asuntos del Estado, seremos llamados a elegir al próximo presidente entre candidatos patrocinados por un PRI profundamente dividido, sin la fuerza del aparato presidencial, pero con deseo incontenible de regresar al poder, un PAN que sin haber sido el verdadero partido de Vicente Fox (esa función correspondió a los Amigos de Fox) pudiese pagar el precio de los errores atribuibles al Presidente, y un PRD enraizado en el Distrito Federal, pero bajo sospecha de la petite bourgeoisie. Con excepción de Andrés Manuel López Obrador, que está haciendo un buen gobierno, la caballada está tan flaca que casi todos aseguran que el ganador será un candidato independiente.