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Los verdaderos malos y los falsos buenos
Este mundo está lleno de contradicciones, incluso, desde hace muchos años he llegado a dudar de la veracidad y de las intenciones de muchas personas que se dijeron o dicen ser héroes, líderes de opinión, líderes de obreros, presidentes honestos y sobre todo personajes que quieren cambiar al mundo. En esto, se sabe por ejemplo Benito Juárez no era tan bueno como parecía, que Porfirio Díaz no era como lo pintaban y que los mismos Niños Héroes de México no eran tan héroes. Y así, no sólo México tiene sus verdaderos malos y sus falsos buenos. En la actualidad, hay millones de personajes políticos y culturales que se dicen ser los mejores, los más buenos, los más ilustres, los más cultos y resultan ser todo lo contrario. Gracias a la industria comercial y los medios de comunicación viciados, se puede promocionar cualquier pelafustán que diga estar a favor de la paz y a favor de su país, pero en realidad, bajo la mesa arreglan cosas maléficas y horrorosas. Ahí hay ejemplos como lo que pasó en Francia, en Chile, en Argentina y en México durante las represiones de los años 70. En aquellos tiempos, los malos eran los jóvenes que clamaban paz, que exigían una buena educación y se manifestaban bajo su derecho constitucional de reclamarle al gobierno, pero no se pudieron ver más fuertes ante un sistema facista, asesino y capaz de eliminar a cualquier estudiante. De esas historias, surgen miles de desaparecidos, violaciones, torturados, asesinados, mutilados, desterrados y encarcelados, todos ellos inocentes por causas sociales justas y culpables por un sistema represor y maldito.
En estos tiempos, todo parece que la historia no ha podido enseñarle a los nuevos políticos mexicanos, que la represión no deja nada bueno, que la policía antimotines es un claro reflejo de la falta de apertura y de la nula cultura del debate y el consenso. Al contrario de lo que estaban pensando todos los votantes del 2000, que el cambio supuesto de Fox iba a resurgir desde Tijuana hasta Tapachula, fue una gran broma publicitaria. El hecho es que "esos quince minutos en que Fox arreglaba el asunto de Chiapas", ha pasado en tres años y ni siquiera ha tenido la decencia de calmar los ánimos de los zapatistas, incluso ha dejado que se sigan cometiendo irregularidades en la zona de los Montes Azules, donde sus secuaces empresariales ya tienen noción de que construir un complejo turístico para europeos millonarios vale más la pena que mantener limpia y segura esa región. Eso me da una razón más para creer menos en los políticos actuales, que prefieren debatir por las toallas de Martha Sahagún y las botas de Fox que por la escasez de alimentos y educación en nuestro país. Mal dice Fox que él no tiene la culpa por que este país no crezca, y en eso lo contradigo completamente, por que su responsabilidad no está en volvernos ricos, si no al menos en volvernos menos pobres. Cada uno de los ciudadanos de este país, debemos luchar por nuestro bienestar, pero no podremos avanzar si nuestro presidente está más preocupado por su "Big Cola" y sus negocios familiares. Y esos ejemplos de Chiapas, no son únicos, en cada estado están matando gente inocente, quitándoles sus bienes, robándoles sus tierras y apropiándoles sus costumbres. En el estado de Morelos, hay crisis en pueblos como Temoac o Tlalnepantla, donde la policía apoyada por el gobernador y sus secuaces, se han dado a la tarea de golpear y asesinar personas. Incluso, nuestro gobernador es el primero en emprender una política represora en la ciudad capital, donde se ha montado todo un operativo "disque anti delincuencia", pero es un operativo intimidatorio, anti constitucional. Ahora las calles parecen entradas de cárceles, donde todos debemos bajarnos de nuestro auto, ser cateados, ser revisados como perros con rabia y de eso, no sólo sacan mordidas, sino que pretenden mostrar que están cuidando a la ciudadanía. Pero se les olvida que los delincuentes van a robar menos si se les da empleo, no si se ponen semejantes retenes en plena ciudad a horas pico. En eso están equivocados. La delincuencia tiene otras formas de prevenirse y nuestro gobernador opera como vil represor de los años 70. Además, de que han comprado armamento en Europa, ahora los policías locales parecen asesinos y no cuidadores del pueblo. Me dan más miedo los policías que los mismos delincuentes. Incluso, un amigo fue ultrajado por los mismos policías por estar grabando una manifestación en la ciudad, por ello, los policías lo golpearon y le robaron su cámara digital de video.¿A eso lo llaman seguridad social? ¡Por favor, no sean pendejos!
Pero bueno, aunque mis textos tengan esa serie de pleonasmos y errores garrafales de ortografía, seguiré aquí, delimitando mi decencia por una mejor sociedad y sobre todo, no dejando huecos en la historia, donde muchos de los gobernantes quieren que no sepamos nada, pero están equivocados. No nos daremos por vencidos, lucharemos por la sociedad y no por el dinero.
Galex
viernes, diciembre 12, 2003
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